Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 11.

La fría noche había caído y Jungkook se encontraba caminando en ella, miraba su camino pensando nada irrelevante. Caminaba mirando su alrededor, viendo el pasto con pequeñas gotas en él por causa del rocío, veía los juegos para niños, miraba los postes de luz. Pasaba por el sendero que lo llevaba directo a la calle donde tenía que cruzar, miró hacia un costado y vio el banco blanco en donde dormía el omega que rescató el día de ayer, abajo de este pudo divisar un bulto negro, paró su caminata y se acercó al banco de madera. Se agachó para poder agarrar lo que había debajo y pudo notar que era una mochila, su mente conectó las pocas neuronas que servían en ese momento y dedujo que era de aquel omega castaño. Fue ahí donde aquel sujeto entró en sus pensamientos, no le parecía correcto ir hacia el hotel, pero tenía que devolverle lo poco que tenía.

Así que ahí estaba el alfa, acelerando su paso para llegar a aquel lujoso hotel. Al llegar pudo sentir la calefacción chocar con su ser, su cuerpo lo agradeció. La recepcionista lo miró con una sonrisa que Jungkook no supo deducir, igualmente le restó importancia.

—Bienvenido, ¿en qué puedo servirle? —dijo la castaña con un tono dulce.

—Vengo a ver al omega que está en la habitación 12. Soy Jeon Jungkook —la chica rodó los ojos con desagrado. El alfa la miró confundido, pero no dijo nada.

—Ajá, si, el omega muerto de hambre —dijo y tecleó algo en su computadora. Jungkook frunció el ceño, no puede creer que esa tipa lo haya llamado de tal modo.

—¿Cómo lo has llamado? —preguntó el rizado. La chica levantó la vista de la computadora.

—¿Qué? —preguntó.

—¿Que cómo lo has llamado? —volvió a preguntar con el ceño notoriamente fruncido.

—¿Al omega? —Jungkook asintió—. Muerto de hambre, ¿por qué? —preguntó ella confundida.

—Y dime... —miró el pequeño sticker que tenía pegado en la camisa—. Hyejin, ¿con qué derecho lo llamas así?

—Pues, no lo sé, lo llamo así y ya —dijo ella como si nada.

—¿Por qué?

—Es que, ¿tú lo has visto? Su ropa está toda rota y sucia, se ve horrible y desaliñado, tiene un cachorro y está sin alfa. ¡Por Dios! Como un omega va a estar sin alfa. Para colmo hoy pidió un desayuno para dos como si no comiera hace días, no sé como alguien como usted, todo caballeroso y elegante, pudo fijarse en alguien como él —si Jungkook antes estaba molesto con la chica, por lo que puede deducir, beta, ahora lo estaba el triple.

—Y dime, ¿tú crees que eso es motivo para llamarlo de tal modo o para tratarlo como si no fuera una persona como tú? Porque que yo sepa tú no eres más que él por tener un poco de maquillaje y ropa limpia, ¿o me equivoco? —la castaña no respondió—. Debo suponer que hablaste con él para saber si tiene alfa o no, pero por lo que veo ni siquiera lo conoces más que de vista y a ti no te importa porque me fije en él o no. Tampoco te tendría que importar cuanta comida pide porque no conoces su situación y tampoco sabes si comió ayer o no, y si lo hizo no tendría nada de malo que haya pedido esa cantidad de comida. El que me haya fijado en él capaz se debe a que no juzga antes de conocer, pero creo que no todas las personas son así. Voy a subir a su habitación, adiós —fue lo último que le dijo dejando a la beta en shock.

El ruido del ascensor le comunicó que estaba en el piso deseado, salió y fue en busca de la habitación del castaño. Tocó la puerta despacio para no asustar a las dos personitas que se encontraban dentro, vio como el picaporte fue girado con delicadeza y también observó a los dos pequeños cuerpos que se vieron frente de él.

—Hola —dijo Jungkook dándole una sonrisa al menor.

—Hola —dijo Jimin en un intento de voz firme.

—Em, yo vine porque encontré esto debajo de un banco —dijo sacándose la mochila de sus hombros. Los ojos de Jimin se abrieron, no esperaba que todavía estuviera allí—. Supuse que era tuya porque era el banco donde tú siempre estás, así que te la traje —dijo tendiéndola para que la agarrase.

Jimin sostuvo con una mano a su bebé, quien escondía su carita en su cuello, no le agradaba mucho que hubiera un alfa cerca.

El omega agarró la mochila, agradeciéndole una vez más al alfa que estaba ahí parado.

—Gracias, enserio no sé como pagarle. Hizo mucho por nosotros y no tengo demasiado que ofrecerle, yo, lo siento —dijo el omega apenado, sentía que le debía algo por todo, pero no tenía que ofrecer.

—Oh, no te preocupes, no me debes nada. No te voy a pedir nada a cambio, todo lo que hice fue con el corazón. No te sientas mal, por favor —pidió el de ojos verdes.

Jimin lo miró embobado, el alfa le sonrió y notó que tenía unos dientitos en forma de conejo, su omega no dejaba de decirle lo perfecto que se veía. Volvió a recomponerse, no le iba a hacer caso.

—Yo, em, yo voy a seguir sintiendo que le debo algo —dijo sincero.

—Capaz algún día puedas pagarme con algo —dijo el alfa. Jungkook pensaba que una charla estaría bien, quería conocer un poco más al omega que tenía en frente, quería saber su historia, pero también sabía que el omega no se fiaba de cualquiera y notaba que no confiaba en él.

En cambio Jimin pensó lo peor, pensó en todo lo que el alfa podría pedirle y se alarmó, todo su sistema se alarmó. Su aroma se empezó a sentir en el aire, era intenso y se sentía espeso, Jungkook olió aquel aroma y se mareó un poco, era demasiado intenso. No sabía qué había hecho para que el omega tuviese miedo, pero luego su comentario le vino a la cabeza, Jimin seguramente se imaginó otro tipo de cosas.

—Yo no sé que estás pensando, pero estoy seguro que no es lo mismo que pienso yo. Yo decía que me lo podrías pagar con una charla algún día o, ¿qué te parece un té? No pensaba en otra cosa, omega —Jimin trató de tranquilizarse, su aroma se hizo más suave, más natural, volvió a la normalidad. Respiró y trató de hablar.

—Y-Yo, lo siento, em, por eso —dijo refiriéndose a lo intenso que se puso su aroma por el miedo momentos atrás.

—No lo sientas, lo entiendo —dijo sonriéndole a medias.

Jimin no va a negar que su omega dio brincos por todos lados cuando lo llamó omega, pero él trató de ignorar eso, su miedo era más fuerte. Tampoco va a negar que su omega brincaba cuando sonreía, pero también lo ignoraba, no necesitaba esto ahora, no cuando estaba tratando de superar a Jihoon.

—Bien, solo venía a devolverte eso, creo que es momento de que me vaya.

—Claro. Muchas gracias por darme esto, estoy muy agradecido.

—No es nada. Que descansen —dijo y miró al cachorro que de tanto estar escondido en el cuello de Jimin, se quedó dormido. Jungkook se perdió en el ascensor y el omega cerró la puerta.

En otras ocasiones Jimin lo hubiese invitado a pasar y tomar un té caliente, pero él ya no era el mismo que antes y no sabría si podría soportar estar en la misma habitación sin entrar en pánico, su miedo se volvía más fuerte si de alfas se trataba. Así que solo se dedicó a acostar a su bebé en la cama y rodearlo de almohadas.

Llamó a servicio al cuarto para que le trajeran la cena y comió gustoso, como si nunca hubiese comido, que para ser sinceros hace mucho tiempo no comía así. Le guardó un poco a su bebé y lo puso en la heladera, cuando despierte se lo daría, no le gustaba despertarlo.

Jungkook, por otra parte, llegó a su departamento demasiado cansado, su sistema ya no funcionaba y solo pensaba en una sola cosa, dormir. Respiró hondo, sintiendo la paz que había en el lugar sin que su padre estuviera, de verdad agradecía que no se haya quedado más tiempo.

No tenía fuerzas para comer, así que solo fue a su habitación a despojarse de sus prendas y dormir, esa noche no dio vueltas, apenas puso su cabeza en la almohada todo su cuerpo se relajó y cayó en los brazos de morfeo.

✧✦✧

El sol nuevamente pegaba en su cara, como cada mañana, pero de nuevo estaba en esa cómoda superficie donde se encontraba, las tablas no se sentían y podía estirarse sin miedo a tirar a su bebé, ojalá todos los días despertara así, con una cama cómoda y el sol pegando en su ventana, pero no todo es color de rosa. Él estaba consciente de que era su último día allí, que su cuento de hadas iba a terminar, cenicienta no podía estar toda la noche con su príncipe y él no podía tener todo lo que quería para siempre. Suspiró y abrió los ojos, se giró para así poder mirar a su bebé dormir plácidamente y lágrimas se acumularon en sus ojos.

Él quería darle eso, él quería poder darle un techo y un plato de comida todos los días. Se maldecía mentalmente por no poder darle nada de eso, se maldecía por todo. Había fallado, le había fallado a su propio hijo. Las lágrimas recorrían sus mejillas hasta perderse en las sábanas y en el aire se podía oler la tristeza de Jimin.

El omega sabía que no era momento de volver a caer en lo mismo de siempre, pero tener esa imagen a un lado de él, tener a su bebé durmiendo tan cómodo a un lado lo hacía querer morir porque no tenían eso y al día siguiente su realidad lo iba a golpear. Las personas nuevamente lo iban a rechazar y volvería la lucha del día a día, volvería el no comer para poder alimentar a Jaehyun.

✧✦✧

"¿Y qué pasará los siguientes días en Seul, Jay?

Pues, que decirte Mark, los siguientes días va a hacer un frío de la puta madre. Se espera que las próximas semanas empiecen las heladas como Dios manda, pónganse algo abrigado porque van a estar fatales."

Escuchaba Jungkook en la radio de su auto, porque si, esa mañana había ido por fin a retirar su bendito auto. Escuchaba atento el frío que haría las próximas semanas y el omega desconocido venía a su mente, no puede imaginarse el frío que podían tener esas dos personitas. Estaba pensando en pagar más noches en aquel hotel, su alfa le decía que no los deje solos, que debía cuidarlos, pero él no entendía el porqué y lo tenía muy confundido. Trató de no darle más vueltas al asunto por un rato, entró a la empresa y fue a su oficina.

—Buen día, señor Jeon —dijo Daira entrando con un café.

—Buenos días Daira —dijo el de ojos verdes terminando de escribir un par de cosas en un papel, para así luego dedicarle toda su atención a la chica que tenía en frente—. Oh, gracias —dijo mientras veía que dejaba una taza de café.

—No es nada, señor Jeon.

—Dime, ¿cuántas veces tengo que repetirte que no me digas señor Jeon?

—Las que quiera, yo lo seguiré llamando así —Jungkook rodó los ojos con diversión—. ¿Tiene mucho trabajo?

Era la primera vez que ella se interesaba en algo que no fueran fechas de juntas importantes, era algo extraño, pero a Jungkook no le molestó en lo absoluto.

—Pues, si, estos días son agotadores.

—Si, dímelo a mí. Los teléfonos no dejan de sonar con nuevas juntas o nuevos posibles colegas que quieran participar de esto, es agotador —dijo ella dando un suspiro agotado.

—Si, muy agotador, más si eres la carne fresca aquí —dijo dándole un sorbo a su café. Daira lo miró confundida.

—¿Qué quiere decir con "carne fresca"?

—Bueno, soy nuevo en la ciudad y soy el hijo alfa que todos pensaron que el dueño no iba a tener y ¡pum! aquí estoy. Soy el que todos toman de estúpido y como todos saben, pueden manipular a mi padre a su antojo con sus comentarios, así que algo malo que haya hecho me va a hundir así es esto —al terminar le dio otro sorbo al liquido caliente.

Daira se sentó en un sofá que había ahí, no estaba muy lejos del alfa, ya que la oficina tampoco era muy grande para el parecer de ella. Nunca había visto la situación de Jungkook así, pero ahora que lo menciona tiene razón, era la carne fresca. Cuando su padre había llegado, escuchó a varios de sus compañeros decir que iban a decir cosas erróneas del alfa, la palabra de ellos valía más que la del propio rizado, todos lo sabían. Todos sabían que Dongwook no le tenía confianza a su hijo y que la palabra de sus empleados era más creíble que la de su propio hijo.

—Bueno yo no te considero así, pienso que eres alguien súper responsable, alguien que se queda hasta última hora para terminar todo lo que tiene pendiente. No te creo alguien estúpido, no te conozco demasiado, a decir verdad esta es la primera conversación seria que tenemos, pero estoy segura que eres de todo menos estúpido.

Jungkook le sonrió, era la primera persona que se acercaba a hablarle sin intención de nada más que eso, hablar. Daira también le sonrió y se levantó del sofá.

—Me quedaría hablando todo el día, pero el deber llama —dijo acercándose a la puerta.

—Nos vemos después. Gracias por la charla y el café.

—No es nada, señor Jeon —dijo antes de salir de su oficina. Luego de eso Jungkook continuó con lo suyo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro